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Los síntomas más comunes de la intolerancia a la lactosa: calambres de estómago
La intolerancia a la lactosa es un término que describe un fenómeno de salud en el que los afectados no soportan la lactosa. La lactosa no se puede dividir en su tracto digestivo por lo que los afectados suelen sufrir frecuentemente de flatulencias dolorosas, dolores abdominales y nauseas tras haber consumido productos lácteos. Este problema suele aparece una vez llegada a la edad adulta puesto que el organismo, según avanza la edad, produce menos lactasa. Debido al proceso de digestión del cuerpo, que no funciona de manera ideal, las personas con intolerancia a la lactosa suelen sufrir de fuertes calambres estomacales.
Además de los calambres, los siguientes síntomas también pueden indicar una intolerancia a la lactosa:
Específicos
- Sensación de saciedad
- Flatulencias
- Ruidos gastrointestinales
- Dolores y calambres abdominales
- Nauseas
- Vomito
- Diarrea, estreñimiento
- Ganas de defecar acompañadas de dolores
- Dolores de cabeza
- Mareo
- Problemas de concentración
- Fatiga
- Ritmo cardíaco rápido
Si estos síntomas aparecen tras haber ingerido productos lácteos, es sensato realizar un correspondiente test de intolerancia a la lactosa. Si el resultado es positivo, se debería adaptar la alimentación para prescindir así de grandes cantidades de productos lácteos.